Hay
momentos que pasan a cámara
lenta.
Saboreas. Te anestesian.
Existen aquellas miradas que se devoran
sin tocarse, en silencio, en cualquier
lugar.
En secreto.
Pasa que la saliva queda congelada en la
garganta
provocadas por él o ella aunque no lo
sepa,
o sí quien sabe.
Los hay que tienen miedo cuando el viento
sopla.
Los que se sienten libres en la oscuridad
de la calle.
Los que insinúan, tímidos querer jugar a
los besos,
mientras comparten una de sus canciones
favoritas.
Futuros inciertos que hablan poco a poco.
Sin prisa.
Y aquí me encuentro escribiendo sintagmas
nominales
con pase
vip a las emociones y cosas que decir.
A cosas que existen.
©
Estefanía Martín Sebaquevas, septiembre 2012
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